[KIAN] Al día siguiente: 28 de febrero Me despierto antes del amanecer. No porque haya algo urgente, sino porque algo dentro de mí no sabe cómo descansar del todo. Aún no. La habitación que me asignaron al fondo del pasillo es sencilla, pero acogedora. Desde la ventana abierta, el aire fresco del campo me recuerda que no estoy soñando: realmente estoy aquí. En la casa principal. Cerca de ella. Escucho a lo lejos el murmullo de los primeros pasos en la estancia. El canto de los teros, el ruido de un portón, los silbidos de los peones. Me pongo las botas, paso por la cocina por un mate que María dejó listo y, antes de salir, me detengo frente a la puerta de Caeli. No la abro. Solo apoyo la mano en la madera. Saber que está a unos pasos de mí, descansando, cambia todo. No solo vine a trab

