[KIAN] 18 de mayo — Medianoche Caeli ya se ha ido a dormir, y mi madre… bueno, ella entendió enseguida que mi padre quería hablar a solas conmigo. Se excusó con una sonrisa tranquila diciendo que iría a leer un libro, pero sé que en realidad solo nos dio espacio. Ahora somos solo él y yo, sentados frente al ventanal del salón, con el rumor del viento colándose por los campos y dos copas de vino reposando sobre la mesa. El silencio no es incómodo, sino de esos que pesan un poco, como si las palabras estuvieran buscándose todavía. —Hijo, te ves muy feliz. Creí que no volvería a verte sonreír así —dice mi padre, observándome con esa mirada que mezcla orgullo y una nostalgia imposible de disimular. Sonrío, bajando la vista hacia la copa. —Lo estoy, papá. Mucho más de lo que pensaba que

