Leila:
Era de mañana, me lo indicaba el tragaluz. Bajé de la cama calmadamente evitando marearme como lo hacía desde hace poco, las últimas semanas había comido tan poco que me sentía débil. Tome una ducha y desayune en el silencio de las paredes. Con la Nariz moqueando , tome un antigripal, agradecí saber que las fiebres serían una estúpida gripe pasajera y mi falta de vitaminas.
En el reloj se marcaban las 9:10 am. Faltaban tres horas para el almuerzo en casa de Kate. Trate de dormir de nuevo, me recosté otra vez y desee tener gratos sueños, fue imposible, mis ojos se negaron a cerrarse rotundamente, recuerdos e imágenes bombardearon mi mente así que me levanté y me moví hasta la biblioteca, allí al menos leería algún libro.
Cerré mi libro “Sedúceme” marcando la página. Prendí la lapt
