Siento mi corazón latir dolorosamente y mi respiración volverse errática. Todo se quiebra en mi interior. —Quise hacer lo correcto —dice de pronto—, pero estaba equivocada –suelta un suspiro que parece ser de resignación. —¿Qué es lo correcto para ti? —inquiero de pronto, mi garganta está anudada por lo que mi voz se quiebra—. Quiero saberlo, Leilah. —Dejarte ser feliz —responde, luego de inhalar hondo. Muerdo mi labio inferior, preguntándome si habrá elegido a Evan, quizás hasta ya ha hablado con él. Resiento las ganas de saber porque ya no debería ser mi problema. —¿Elegiste a…? —me interrumpo antes de decir lo que pienso realmente—. Decidiste ser feliz. Ella niega lentamente. —Lo siento —murmura suavemente, y de pronto recuerdo todas las veces que la vi llorar por mi culpa—. Tú e

