Admito que al principio no estaba convencida por completo porque Evan volviera al Saint John 's, sin embargo, se lo debía. Quería que él recuperara un poco de la vida que estuvo dispuesto a dejar por mí, aunado a que Peter (su hermano menor y única familia cercana) estuvo en California casi todo el año, exceptuando los cruceros. Aquí está parte de mi familia también y los kilómetros que me separan de Kentucky (y mis padres), son mucho menos que en Canadá. Ontario es una promesa, eso era verdad, no obstante, también estoy atada a California. Al bungalow del que no me siento capaz de separarme y del cual no quiero salir. Era no solo el refugio de Evan, sino el mío también. Muchos de nuestros recuerdos están aquí y reviven los otros que tuvimos en nuestro departamento, la casa que ahora

