7 de Julio Jamás creí verme nuevamente involucrado en una situación así. Hace dos años atrás, cuando Micaela abandono aquel lugar donde vivíamos juntos, me había prometido no volverme a enamorar nunca más. Me había prometido estar en control de mis sentimientos, disfrutar de la vida, vivir el momento; disfrutarlo junto a quien me placiera en el momento que me diera la gana, pero claro, tenía que llegar ella. Tenían que llegar sus ojos esmeraldas y mirarme como lo hicieron. Tenía que llegar su boca y dejar su marca de fuego sobre mis labios. Tuvieron que llegar sus manos aquella noche y dejar grabadas a fuego cada una de las caricias que me dio. No solo eso, tuve que conocerla más y entender su historia. Tuve que ver ese lado débil de ella y sentir estas ganas inmensas de protegerla. Tuv