ENAMORAME

UCI

MIA GREEN...

Suspiro lentamente mientras me ducho tratando de relajarme ya que odio ver a mis compañeros al borde de la muerte, es por eso que doy todo de mi para salvarlos, pero hay veces en las que por mucho que me esfuerce no puedo salvarlos. Por suerte el día de hoy pude salvar a mis ocho compañeros y que el que se encontraba más grave, el doctor Gibson pudo salvarlo. Aunque ahora viene una complicada recuperación, pero estoy segura que ese chico saldrá adelante.

Cuando termino de ducharme salgo en busca de mi uniforme y una vez me enfundo en el y arreglo mi cabello salgo de la habitación me pongo mi bata para ir a revisar a mis compañeros que están más estables.

- Buenas noches doctora Green – dicen las enfermeras de urgencias mientras me entregan las historias de mis compañeros.

- ¿Cómo están? – pregunto sonriéndoles mientras una de ellas se pone de pie acompañándome a la habitación donde se encuentran mis compañeros ya estables.

- Teniente – dicen ellos con respeto mientras intentan ponerse de pie, pero se los impido.

- ¿Cómo están? – pregunto caminando observándolos.

- Gracias a usted, vivos – responde uno de ellos a lo que yo sonrió.

- Pronto estaremos en perfecto estado para volver al servicio – sonrió ampliamente asintiendo con la cabeza.

- Teniente la buscan – dice una enfermera entrando a la habitación haciendo que me vuelva a verla.

- Déjame adivinar – digo divertida - ¿mi padre?

- Si señora – dice ella sonriendo a lo que yo asiento con la cabeza entregándole las historias a la enfermera que me acompaño.

- Se había tardado – digo saliendo de la habitación dejando que ella me guie hasta la cafetería donde se encuentra mi padre bebiendo café. Me acerco por detrás para besarlo en la mejilla. Liam Green coronel en jefe de la base y mi amado padre, por quien me enliste en el ejército y por quien estoy en las fuerzas especiales, algo que a él no le gustó mucho, pero me apoyo como siempre en el transcurso de mi vida.

- ¿Cómo estas, princesa? – dice mientras me siento frente a él entregándome un café.

- Papá, me avergüenzas – digo divertida a lo que él ríe ampliamente tomando mi mano para besarla.

Mi padre es un hombre con una actitud dominante y que inspira respeto, pero para mí siempre ha sido tierno y cariñoso, siempre hemos sido él y yo. Mi madre murió cuando yo tenía cinco años y desde entonces mi padre me llevo con él a donde quiera que iba, siempre se esforzó por estar en mi vida, aunque su trabajo y rango muchas veces no se lo permitía.

- ¿Cómo estuvo la misión? – pregunta a lo que yo asiento con la cabeza mientras comienzo a contarle todo lo que sucedió.

Hace poco me asignaron un grupo de cuatro hombres, algo que sirve para que pronto deba subir de rango, somos un grupo de las fuerzas especiales y nos encargamos de misiones un poco complicadas. Hablamos durante un rato hasta que él debe irse, pero yo decido quedarme un rato mas antes de irme a descansar. Mi padre me acompaña hasta urgencias donde veo un hombre apoyado en la recepción leyendo y escribiendo algo en un formulario. Me quedo observándolo un momento y noto lo atractivo que es. Es alto, rubio, con rostro muy masculino, se ve irresistible con su ceño fruncido.

- ¿Quién es? – pregunto a mi padre que me observa confundido.

- ¿Cómo que quien es? – Pregunta volviéndose a observar al hombre – creí que ya lo habías conocido, es el doctor Gibson. Estuviste en el quirófano con él. – abro los ojos como platos para después reír.

- No lo recordaba tan... - dejo la palabra en el aire haciendo que mi padre me observe curioso.

- ¿guapo? – pregunta riendo a lo que yo asiento con la cabeza. – debo irme hija, pero te espero en casa para que cenemos.

- Quiero descansar primero – digo bostezando

- Vete a descansar, sabes que no tienes que estar aquí – me recuerda, pero yo niego con la cabeza.

- Sabes que amo estar aquí – respondo a lo que el asiente con la cabeza besando mi cien.

- Llámame cuando despiertes – dice y yo le sonrió – te amo princesa.

- Papá – digo riñéndolo a lo que él ríe saliendo de allí con su asistente. Cuando se va me vuelvo a ver al doctor Gibson que es simplemente perfecto. ¿Cómo no me fije antes?

De repente el levanta la mirada dejándome perpleja al ver sus hermosos ojos grises que me observan con curiosidad.

- Hola – digo acercándome a él que me observa frunciendo el ceño.

- Sigues aquí – dice observándome antes continuar con lo que estaba haciendo.

- Me gusta estar aquí – respondo al tiempo que una enfermera se acerca corriendo lo que nos pone en alerta.

- Doctores, el paciente de la UCI entro en paro – nos informa haciendo que los dos corramos en dirección a la habitación donde se encuentra el soldado viendo que hay un residente tratando de reanimarlo.

- Hazte a un lado – dice Tristán mientras observo los signos vitales que están descendiendo a cada segundo.

- Debe haberse formado un coagulo – digo a lo que él asiente con la cabeza.

- Preparen el quirófano – dice al residente al tiempo que suena su celular, cuando lo revisa me observa a lo que yo sonrió.

- Ve, yo me encargo – digo a lo que él asiente con la cabeza saliendo de allí corriendo al tiempo que nosotros sacamos al chico rumbo al quirófano donde lo opero y si efectivamente tenía un gran coagulo. – resiste – digo al paciente cuando ya está de vuelta a su cuarto en la UCI, lo observo de pie frente a la cama.

- ¿Por qué no vas a descansar? – escucho junto a mí una voz que hace que la piel se me erice y que comienza a gustarme.

- Porque amo y odio este momento – digo sintiendo a Tristán junto a mí.

- Eso fue confuso – dice divertido, me vuelvo a verlo y noto en sus ojos algo de confusión.

- Si, amo que esa máquina – señalo el monitor de signos – suene de esa forma porque es prueba de que hice bien mi trabajo, que por cierto amo y odio porque esa misma maquina durante veinticuatro horas me mantiene en alerta y eso es estresante. – digo a lo que él ríe, pero de repente se detiene y sin que me lo espere sale de allí dejándome sola y confundida. ¿Qué sucedió?