Me alejo del que antes solía ser mi esposo, en este momento siento como un cuchillo atraviesa todo mi corazón. Reprimo las ganas de llorar. Puedo describir el amor como un sentimiento y tortura agridulce. Sigo caminando sin rumbo por el buffet de abogados, escucha la voz de Fernando detrás de mi; me giro para observarlo y corre hasta mi. -¡Natalie, espera! Voy a llevarte a tu casa. -No es necesario-comento sin reflejar ninguna emoción en mi rostro. Lo único que quiero es irme lejos de aquí. Y si es posible empezar otra vida lejos de Seattle. -¡Claro que lo es! - exclama intentando regular su respiración. Noto como su pecho sube y baja ligeramente. - ¡Esta lloviendo! Vamonos, es momento de ir a tu casa. -Yo ya no tengo a dónde ir-susurro. Él me observa con la boca levemente fruncida, i