Kenneth regresa algo tarde mientras yo me muero de los nervios.
—¿Quieres comer? —le pregunto nerviosa.
—Si, me doy una ducha y regreso.
En cuanto él se va a su habitación, yo me voy a prepararme, solo espero que esto funcione.
Me pongo mi negligé blanco, creo que en el fondo tenía la esperanza de que Kenneth viniera a buscarme porque me los traje pensando en él. Me pongo una bata de seda encima para que no se vea que lo traigo puesto, también pongo en la bolsa de la bata una cajita con un regalo que le compre a Kenneth hace unos días. Cuando salgo a la cocina Kenneth está preparando la mesa.
—¿Bet no vino?
—No, yo preparé la comida.
Está un poco serio pero me sonríe.
—Que bien, extrañaba tú comida ¿quieres una cerveza?
—Si.
Empezamos a comer y suspira.
—Amber esto te quedo del
