Recojo la cocina y me pongo a escribir, después de un rato siento mis ojos cansados, veo el reloj y me doy cuenta que es muy tarde y Kenneth aún no sale de su habitación. Preparo algo de comer y voy a llevárselo, cuando entro, está sentado en la cama. —Hola. Me sonríe, pero se ve triste. —Hola. —¿Tienes hambre? —Si. Me siento a su lado y acerco una pequeña mesa para que podamos comer. —Gracias, está muy rico. —Solo es un sandwich —contesto encogiendome de hombros. —No tenías porque molestarte. —Kenneth, me puedes explicar ¿qué te pasa? —Pensaba en que tú esperas un príncipe azul, y tal vez Garret lo sea. —¿Por qué tiene dinero? —No es solo eso, no creo que te parezca desagradable. —En primer lugar, Garret está muy lejos de ser un príncipe azul, y en segundo lugar nunca me