Por la mañana que me despierto estoy sola en la cama, me doy una ducha y me arreglo un poco, cuando salgo Kenneth está muy guapo. —Buenos días, Kenneth. —Buenos días, pequeña, ya hablé con mi amiga, nos va a recibir al medio día. —Que bien, pero vamos a desayunar, me muero de hambre. —No, vamos a desayunar fuera. —Pero… —Nada, ve por tú bolsa para irnos. Salimos y le doy las llaves del coche para que él conduzca. Llegamos a un restaurante y Kenneth me lleva abrazada. Hacemos nuestra orden y nos sirven café. —¿Oye al final le hablaste a Elliot? —Si, quería decirme qué el comandante quiere hablar conmigo cuando esté completamente recuperado. —¿Y eso es bueno? —No lo sé, ya lo veremos. Llega nuestra orden y empezamos a desayunar. —Kenneth deja de ver mi plato así. —¿Por qué se