Aura —¿Por qué no me dijiste que la abuela tenía una cosa que estaba matandola? –me recrimina Iktan mientras trato de recuperar el aliento. —Iktan no es el momento de... —¡Guarda silencio, Edahi! No soy Iktan, soy tu alfa y cuando lo sea te diriges a mi como se debe. —¿Qué carajos? Qué estúpido de tu parte comportarte así cuando las cosas no van bien. ¿Se te olvida quien es ella? ¿Todo lo que ha hecho? —¡Solo me ha mentido! Ocultando las cosas de mi, su esposo, creí que ya habíamos hablado sobre eso, Aura. —¿Cómo iba a desacatar las órdenes de la gran madre? Ella estaba muy por encima de ti y me lo ordenó, no estaba en mi poder decirte nada. —¡Pero eres mi esposa! –señala alzando la voz y yo me trago el maldito nudo en la garganta. —A veces creo que se te olvida que lo soy, Ik