Tras escuchar que posiblemente había problemas con mi embarazo, no pude dejar de llorar por varios minutos, sin importar que Giovanna y Steve me intentaban calmar. Después de un rato me di cuenta de que Nicolas también estaba preocupado y hacía muchas preguntas a la doctora para intentar entender todo, pero con cada explicación ambos nos angustiábamos más. Debía estar lo más calmada posible debido a que el estrés y los nervios empeoraban mi condición, pero es que esta misma era la que me ponía nerviosa y estresada, entonces estaba en un laberinto sin salida. —Mi amor, todo saldrá bien— me dice Nicolas con una sonrisa falsa en sus labios y los ojos cargados de lágrimas. —Si algo les pasa, yo me muero— dije sollozando y él negó rápido. Sí, me había dicho “mi amor”, pero