Pase lentamente el algodón húmedo sobre mi rostro quitando todo mi maquillaje ya corrido de las lagrimas, la textura del algodón contra mi piel ayudaba a que pudiera relajarme luego de una pesada noche. Tire lo ya usado al cesto y lave mi cara con abundante agua fría, luego seque. Apoye mis manos sobre la pileta sosteniendo mi peso y suspire cerrando mis ojos. Todo esto no podía estar pasándome. Al abrirlos choque mi mirada contra el reflejo del espejo y me observe, tratando de entender que era lo que estaba pasando conmigo en realidad. ¿Por qué todos me terminaban haciendo daño? Negué con la cabeza hacia mí y salí del baño con un desastroso moño, sin maquillaje y con unas ojeras totalmente negras por el maquillaje pegado que poco me había importado quitar. Baje las escaleras lentament