-¿Puedes calmarte? Lila me dio una mala mirada y luego sonrió con una gran sonrisa nuevamente. -¡Estoy muy emocionada, amiga! -exclamo entonces haciendo que todos las personas que pasaban por él pasillo giraran a verla. Ella solo le resto importancia. Al parecer, como me había resumido, Tom volvía de Inglaterra luego de jugar unos cuantos campeonatos para las primeras ligas de Basquetbol. Típico de él, le aviso a Lila a ultimo momento, cosa que hizo que ella no parara de sonreír en toda la mañana. Cerré mi casillero negando con la cabeza y acomode mi mochila. -Deja de sonreír tanto que luego se te quedara pegada la mandíbula. -solté. Ella fruncio él ceño y luego quedo pensativa. Toco su rostro y negó con la cabeza. -¿Eso puede pasar? -Si no dejas de hacerlo, seguramente. Reí al ve