DOS AÑOS MAS TARDE: -¡Thea, date prisa por favor! –oí el grito desesperado de mi marido desde el otro lado de la puerta del baño. Resople histérica. -¡Déjame hacer esto tranquila! Junto con mis manos temblorosas tome el pequeño aparatito largo del lavamanos, donde lo había dejado hacía más de media hora; me aterraba la idea de verlo. Cerré los ojos, colocándolo en mi pecho y respiré profundo. No podía ponerme histérica en estos momentos, y rece porque lo que estaba pidiendo fuera cumplido. Muchas cosas habían pasado en estos dos últimos años. Yo estaba en mi tercer año de carrera en la Universidad estatal de Los Ángeles, mientras que Adam ya había terminado hacia unos meses la suya; ambos ahora vivíamos juntos. El abuelo de Adam había fallecido hacia un año y medio ya, casi cuando am
Escanee el código QR para descargar y leer innumerables historias gratis y libros actualizados a diario