ADVERTENCIA: Escena de sexo ilimitada. La noche se hizo bastante larga, no solo por la discusión con Sam. Me encontraba bastante mareada. La luz roja tenue del lugar hacia que mi cabeza diera vueltas. Me sentía débil, sin ganas siquiera de moverme. Necesitaba apoyo de alguien y me encontraba sola. Sam ni siquiera giraba hacia mí, se había enfadado. Kian había tenido la noche libre, y por mas que había querido trabajar, los dueños no habían querido. Así que habían puesto en su lugar a un hombre de cuarenta años y el cabello cubierto de canas. Me encontraba sentada mientras mis manos sostenían mi cabeza. Esta no era mi noche. -¿Por qué no estás trabajando? –oí a Dereck a mi lado con un semblante serio. -No me siento bien. –dije entre dientes. Suspiro y se sentó a mi lado. Pude ver