Había pasado un par de meses desde la última vez que vi a Ezel, lo extrañaba, aún tenía esa maldita camisa debajo de mi almohada, ya no tenía su olor pero aún seguía siendo igual de suave. Sé que hablaba con Lou y con su primo, sé que ellos fueron hace un par de días a su casa a comer pizza y jugar videojuegos. Sabía por Lou que él se encontraba igual de jodido que yo, Lou dijo que lucía más delgado, tenía un poco más de ojeras y una fila de papeles del trabajo cuando ellos llegaron. Sabía que Ezel era demasiado fuerte como para caer en el vicio del alcohol, lo que me preocupaba era que decidiera optar por vicios menos dañinos para el y más dañinos para mi corazón. El había salido en dos paginas de socialités desde entonces, una vez con una hermosa heredera iraní con la que fue a Standfor