Capítulo 4

3105 Palabras
ALEXA Llegó el día de la boda y los nervios por el circo que está a punto de suceder me esta revolviendo el estómago. Desde muy temprano un equipo completo de estilistas invadió mi casa para dejarme perfecta. Me han apretado, cinchado, pellizcado y estoy harta. Solo quiero que todo termine de una vez. Tengo tanto maquillaje que podría surtir a la compañía Mac por el resto de mi vida. La pobre chica encargada del maquillaje tuvo que cambiar tres veces los tonos de los ojos antes de que el estilista general le diera la aprobación. Connor marcó reglas estrictas acerca de como debería lucir y todos siguieron  a rajatabla su consejo. No quiere decir que luzca horrenda porque no es así. De hecho cualquiera que me mire pensará que mi belleza es natural por el tipo de colores que usaron en mí, un gran truco admito. Sin embargo mi piel siente la cantidad de productos que han puesto sobre ella.  El fijador en mi cabello está tirando mi cuero cabelludo como si se tratara de un salvavidas en el océano. Seguramente tendré migraña antes de terminar el día. Además, sumémosle a todo conocer los familiares y amigos de Connor. La noche entera imaginé todos los posibles escenarios que podrían surgir en la ceremonia y la fiesta. En ninguno salía bien parada.   Mi madre está como loca terminando los últimos arreglos en el vestido que pesa bastante considerando que es encaje. Pero debo admitir que el producto final es espectacular. Me siento como en las bodas de película.  Todavía siento la presión de toda la situación, el casarme con un hombre que apenas conozco y que no amo es asfixiante. Mirándome al espejo pienso en como siempre imaginé que me casaría con el hombre de mi vida. Ese hombre que estaría conmigo hasta mi último aliento, pero  la realidad es muy distinta.  Aunque hay peores situaciones que esta, muchos matrimonios que piensan durar toda la vida no lo hacen y en seis meses toman caminos separados.  O parejas que toman el matrimonio como un libro o película en donde los votos entre dos personas que se aman pueden llegar a transformarse en sus felices para siempre y terminan odiándose. Suspiro pensado en que así fue el matrimonio de mis padres.  Mi madre me da los últimos retoques en el cabello. No sé porque se molesta si con tanta laca en el pelo ni un tornado movería un pelo.  No quería algo atado pero con el velo consideraron que lo mejor era un moño bajo en la nuca y pequeños bucles adelante. Me gustó.  Seguía concentrada en mi reflejo cuando me espantó la bocina de un choche. Mamá se acercó a la ventana y apretó los labios molesta.  -¿Quién es? -Pregunto.  -Ya vengo. –Dijo y se fue. Me aleje de la peluquera y su fijador del mal para ver quien era y me sorprendí al ver a Connor allí.  -Connor, que sorpresa -Escuché que dijo mamá. Habíamos quedado en que nos veríamos en la iglesia, no antes.  -Hola Mery. Vengo a llevarlas a la iglesia. -Pero el novio no debe ver a la novia antes de la boda. -Replica mamá.  Giro mis ojos. "También debe casarse con la mujer que ama pero no es una boda real mamá". Pienso Supongo que ya es hora entonces. Me dan el último retoque y con ayuda bajo despacio las escaleras de la entrada. Al llegar al suelo levanto la vista y pierdo el aliento momentáneamente al ver a Connor con su traje. Está impresionante. Traje n***o ajustado con bordados en las solapas del mismo color, chaleco y corbata plateada y, una camisa blanca perfecta que destaca el traje. Parece modelo de revista. Cualquiera caería embobada al verlo y de hecho por un momento lo hago, al menos hasta que siento una mano en mi hombro. Mamá se acercó a mi y me sacó de mi ensoñación.  Él al levantar la vista y verme en mi vestido de novia abre la boca impresionado. Me siento muy satisfecha por eso.  -Estamos listas - Digo. Eso lo hace reaccionar y asiente corriendo a abrir la puerta del coche.  -Bueno, entonces vamos. Los invitados esperan. - Dice mamá.  Me ayudó a subir al auto, a mi madre y por último él. Arrancó el coche y marchamos a la iglesia. Mi estómago se había cerrado de los nervios y sentía una corriente recorriéndome el cuerpo. Mamá al notarlo tomó mi mano para tranquilizarme, pero lo único que me ayudaría a salir de esta boda estaba totalmente fuera del plano. Cuando llegamos a la iglesia vimos que estaba lleno de personas. Casi todos, supongo, amigos y familiares de Connor. Yo no tenía muchos amigos y la verdad es que mi única familia es mi mamá. Sin embargo, a lo lejos pude visualizar a Elisa, Melany y Phillip, las enfermeras y el doctor de mamá. Sonreí al verlos, tal vez no sean muchos, pero me sentí un poco mejor ver caras felices y conocidas entre tanta gente. Los familiares de Connor sin embargo, no tenían buena cara, ni una chispa de alegría por la boda. La única persona que sonreía era una jovencita muy parecida a él que supuse es su hermana ya que se ven bastante parecidos. El auto se detuvo por completo y los invitados entraron en la iglesia. Connor me dio una mirada por el retrovisor y salió del coche. -Te veo adentro, futura señora Willes -Dijo sonriendo. -¿Connor? -Llamé. -¿Si? -No presiones ¿ok? -Asintió y se fue riendo. Miré a mi madre y las náuseas me abrumaron. -Mamá, estoy nerviosa. ¿No tendremos una de esas bolsas de papel? -Ella rió y negó. -Tranquila amor, todo saldrá bien. -Dijo. –Tómalo como un trabajo de actriz que está interpretando un papel de novia. Como si fuera fácil el trabajo de actriz Mi madre salió del auto y me ayudó a bajar. Inmediatamente una mujer algo mayor se acercó corriendo y se presentó. -Alexa, soy Miriam, la organizadora. -Dijo agitada. Así que esta señora era la que no paraba de llamar. -Hola soy Alexa, la novia - Digo a modo de broma, pero ella no entendió mi humor ya que me miró como si fuera idiota.  -Bien damas, vengan por aquí -Nos llevó a un salón junto a la iglesia. –Esperen unos minutos. Se fue por cinco minutos y regresó con el ramo de flores. -Bien, ya es hora. Aquí está tu ramo, la banda esta lista y todos los invitados están dentro de la iglesia. Todo está listo.  Lo contrario a como me sentía yo. Salimos del saloncito las tres. Mi madre y Miriam tomaron la cola del vestido para que no se ensuciara. Antes de llegar a la entrada, Miriam les hizo una señal a los músicos para que comenzaran a tocar y mi madre tomó mi brazo izquierdo. Nos miramos y suspiramos antes de comenzar la larga caminata hacia el altar. La melodía que los músicos tocaban era hermosísima, casi me hacía olvidar la estupidez que estaba a punto de hacer. Todos los ojos estaban puestos en mí, algunas personas con una sonrisa falsa y otras con cara de haber comido un limón, como ciertos familiares del novio. Cuando por fin llegamos al altar mi madre me dio un beso y me entregó a Connor. Él estaba sonriendo como si de  verdad este fuera el mejor momento de su vida mientras mis manos sudaban y tenía muchísimas ganas de hacer pis.  Miré hacia atrás a mi madre que sonreía. La verdad se veía muy bella en su vestido de seda azul, parecía unos años más joven. Aunque claro, el cáncer es lo que tiene, te hace ver diez veces más viejo de lo que en realidad eres. Ella levanto discretamente su pulgar dándome ánimo. Suspiré y fingí la sonrisa más grande de mi vida.  El cura dio comienzo a la ceremonia y sinceramente no escuché absolutamente nada. Todo lo que pasaba por mi mente es. Corre, corre, corre. Pero la realidad es, que si no hago esto estaré en las calles antes de que termine el día con una madre enferma y sin nadie a quién acudir  Sentí un ligero pellizco en mi mano y salí de mis pensamientos para mirar a Connor que movía la cabeza hacia la derecha señalando al cura.  -¿Qué? -Susurré -Alexa Harrison ¿aceptas a Connor Willes para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe? -Preguntó el cura. Ah eso. "Bien Alexa, es la decisión final. Todavía te puedes retractar pero eso no sería muy inteligente de tu parte, porque si lo haces no podrías ayudar a tu madre y todo se complicaría mucho. Estarían en la calle y sin un peso". Volteo a ver a mi madre y veo que me mira con una sonrisa. Solo lo hago por ella, todo lo hago por ella, me digo. Suspiro y miro al padre. -Si, acepto. -El padre me sonríe y mira a Connor. -Connor Willes ¿aceptas a Alexa Harrison como tu esposa para amarla y respetarla en la salud y enfermedad hasta que la muerte los separe? -Si, acepto. -Connor me mira y aprieta mi mano mientras el padre continúa. -Damas y caballeros, por el poder que me confiere Dios y la ley les presento al señor y la señora Willes. -Miro a Connor porque sé lo que viene ahora y el padre lo dice -Connor, puedes besar a la novia. Connor asiente y me acerca a él. El recuerdo del beso que tuvimos vuelve a mí y me sonrojo. Me mira como pidiéndome permiso y yo asiento. Mi ahora esposo se apodera de mis labios en un beso apasionado y los invitados comienzan a aplaudir y algunos a gritar pero me importa un comino en este momento, en todo lo que pienso es en la boca de Connor sobre la mía. Sus suaves labios besando los míos y su mano en mi cintura acercándome a él. Suspiro levantando mis brazos para sujetarlo pero él se aleja terminado todo antes de siquiera realmente empezar.  Sonríe a los invitados y me toma de la mano llevándome por el pasillo hacia la salida con los aplausos acompañando nuestros pasos. Después de la ceremonia, el fotógrafo que contrató nos llevó a un lago para hacernos las típicas fotos de los novios. Los dos mirándonos, o mirando el horizonte, riéndonos o cualquiera de esas cosas típicas que piden los fotógrafos. La verdad es que ya estoy cansada de posar y fingir. Quiero ir a  casa pero todavía debo sobrevivir a la fiesta.  Finalmente el fotógrafo decidió que tenía suficiente suspiré aliviada. Mi entonces ahora esposo con toda la paciencia me ayudó a subir al coche teniendo extremo cuidado con el vestido y salimos rumbo a la recepción que Connor había organizado en un club exclusivo fuera de la cuidad donde solo un número limitado de personas podría reservar un lugar para realizar eventos.   Mi cara debe demostrar mis pensamientos sobre estar rodeada por tanto pijo porque mi esposo me mira frunciendo el ceño. -¿Qué pasa? -Solo estoy cansada, es todo. -Miento. -Te agradezco por todo Lex, de verdad. -Me toma la mano y la entrelaza con la suya. Miro nuestras manos y no entiendo sus gestos, estamos en privado y nadie nos está observando. No es necesario tener ningún contacto. -Solo espero terminar la fiesta y poder descansar. Llevo desde muy temprano de un lado a otro.–Digo alejando mi mano y llevándola a mi cabello fingiendo arreglarlo. -Yo también - Dice suspirando. Decir que fue la fiesta más elegante del mundo es quedarme corta. ¿La que costó más dinero tal vez? Sí, creo que eso le queda mejor. ¡Hasta decoraciones en hielo con nuestras iniciales había! ¿A quién se le ocurre? El lugar del evento era gigante, había muchas mesas y todo estaba decorado en tonos perla y encaje con adornos vintage. Realmente hermoso. La pista de baile tenía nuestras iniciales y sobre ella había una corona de flores y hojas que caían unos centímetros sobre la pista.  Pero lo más impresionante de todo es como las personas reaccionaban a la decoración. Si bien Connor me advirtió que estas personas eran extremadamente exigentes, no creí que tanto pero sus rostros lo demuestran. Algunos miran con admiración, otros con envidia y el sector donde se encuentra la familia de Connor observa hasta el último detalle mientras murmuran entre ellos.  El pastel que terminé eligiendo tenía ocho pisos y era impresionante. Consideré hacerlo pequeño, de hecho es lo que quería, pero tenía que pensar en Connor y su círculo. Así que terminamos con un pastel gigante en tono perla con cristales y nuestras iniciales entrelazadas en la cima.  Poco a poco los invitados fueron llegando a saludar así que debía comportarme como la esposa más enamorada del mundo. Me acerqué a Connor y pase mi brazo izquierdo bajo los suyos apoyándome en su cintura.  Uno a uno nos felicitaron por nuestro enlace. Por las formas en que saludaban pude identificar a aquellos que eran cercanos a Connor y los que no. Los buenos amigos y familiares lo abrazaban y palmeaban la espalda felicitándolo y gastándole alguna broma mientras a mi me besaban las mejillas. Sin embargo aquellos conocidos solo le daban un apretón de manos y me miraban asintiendo.  Fue raro, las mujeres en general solo me miraban de arriba a abajo y sonreían falsamente.  Después de unos buenos veinte minutos saludando y sonriendo la joven parecida a Connor que vi en la iglesia se acercó.  -Felicidades tortolitos. -Nos abrazó a ambos y susurró algo al oído de Connor haciéndolo reír.  -Alexa, mi hermana Alice. -Es un placer conocerte Alice.  -Uy que formal. -Dice. - Déjate de tonterías, ahora eres mi hermana. Aunque admito que me sorprende conocerte en la boda. No podíamos creerlo cuando Connor anunció su casamiento. Lo tenías muy guardado hermanito.  -No queríamos anunciarlo, por la prensa y mamá. - Dice Connor.  -Al menos pudiste decírmelo a mí, soy tu hermana. - Replica ella.  -Alice tu no guardarías un secreto aunque tu vida dependiera de ello.  Su hermana suelta una carcajada haciéndome sonreír.  -Me encanta tu vestido Alexa. Estas deslumbrante.  -Gracias.  -Me iré antes de que la bruja se acerque, hoy está muy irritable.  Frunzo el ceño y miro a Connor esperando una explicación a eso.  -Mi madre. -Dice suspirando.  Al final su madre no se acercó mientras yo estuve al lado de Connor. En el momento en que lo dejé para ir a retocarme la vi acercándose enérgicamente a él pero no me quedé a ver su intercambio.  Alice se pegó a mi el resto de la noche. Era una chica muy divertida, no paraba de hacer chistes, sonreír y parlotear acerca de todo. Me contó mucho sobre su familia y me advirtió que su madre sería un problema. Sus palabras exactas fueron "la bruja seguramente tiene un as bajo la manga así que tú, cautelosa como ladrón de museo" lo que me hizo soltar una carcajada pero ella no bromeaba.  Por otro lado mi madre disfrutó muchísimo. Conversó con muchas personas y creo que todos disfrutaron de su presencia. Es algo nato de mamá, siempre cae bien a todos. Los invitados al principio estaban algo reacios conmigo pero entendía que para ellos era una sorpresa esta boda.  Phillip aprovechó a conversar con mamá y bailar un poco. Sabía que le interesaba mi madre porque siempre que hablaban sus ojos brillaban y sonreía como un tonto. Después de presentaciones, bailes, fotos, cortar el pastel y un discurso del padre de Connor, un señor mayor que parecía querer estar en otro lado menos en la boda de su hijo, dimos por terminada la noche. Saludamos a los invitados y le pregunté a mi madre si vendría con nosotros, pero decidió quedarse un poco más en la fiesta. Phillip se aseguraría de que llevarla a casa.  Connor me ayudó a subir al todo terreno n***o, de esos que salen en películas de acción, y comenzamos el viaje a su casa donde sea que viva. En el contrato estipulaba que durante el año de matrimonio debíamos vivir en la misma casa  y Connor no pensaba mudarse conmigo así que tuve que mudarme yo. Mis cosas habían sido recogidas ayer en la tarde y solo tenía un bolso con mis objetos personales. ¿Y la luna de miel? Bueno, las parejas recién casadas se van de luna de miel, pero Connor decidió no hacerlo. Él tiene una empresa que manejar y yo no quiero dejar a mi madre así que un viaje no estaba dentro de los planes.  Traté de convencer a mamá de que viniera a vivir con nosotros porque quería tenerla cerca, pero se negó rotundamente, no quería ser un estorbo según ella. Una estupidez total si me preguntan,  jamás podría ser un estrobo. Además iba a comenzar un nuevo tratamiento y no sabía qué efectos secundarios tendría. Quería tenerla vigilada pero aunque intenté convencerla por todos los medios posibles, incluido Connor, insistió en quedarse en su casa. El todo terreno se detuvo y asomé la cabeza por la ventanilla para ver la casa en la que viviría durante el próximo año. Mi boca se abrió completamente y mis ojos no paraban de moverse hacia todos  lados captando lo que estaba frente a mí.   La casa, o mejor dicho mansión, era impresionante. Toda en tono tierra con columnas blancas de soporte que eran hermosas, al estilo romano y una fuente que funciona como rotonda frente a la entrada. También árboles iluminados por focos desde el suelo y suelo de piedra.  -¿En serio esta es tu casa? –Pregunté emocionada. Si así es por fuera...  Connor sonrió y asintió. -Es nuestra casa –Dijo mientras me ayudaba a salir del coche. Me saqué los tacones antes de salir del coche y corrí hacia la entrada admirando todos los detalles. La entrada tenía un camino rodeado de arbustos con luces en el suelo y una gran puerta de madera con vidrio templado separando el interior. -¿Te gusta? –Preguntó detrás de mí. Me di vuelta y lo miré con la ceja levantada. -¿Es broma? Es...es...no hay palabras para describirla -Era un sueño. -Qué bueno que te guste, sería terrible vivir en un lugar que no es de tu agrado. -Sacó una llave de su bolsillo y la introdujo en la cerradura. La giró y abrió la puerta haciéndose un lado para permitirme pasar. -Bienvenida a casa Lex.
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