Capítulo 3

2858 Palabras
ALEXA Aceptar ser esposa de un hombre como Connor Willes es un infierno. Falta solo una semana para la boda y todo el mundo parece enloquecido. La planner de eventos, que Connor insistió en contratar, me ha llamado treinta veces al día para saber qué tipo de colores, flores, decoración, torta o cualquier mínimo detalle de mi boda quiero.  Todavía no he tenido el tiempo suficiente para procesar que en siete días me casaré con un desconocido.  ¿Cómo se supone que tendré claro lo que quiero para la fiesta? Finalmente cedí a mi madre todas las decisiones que involucraran colores, sabores, olores y admiro que me dolió el corazón al ver su emoción por esos detalles. Muchas veces se conmovía hablando de cómo sería mi día especial y la pena que tendría porque sabía que para ese día ya no estaría. Pero con el tratamiento experimental tendrá la oportunidad de asistir a esta y a la real en un futuro, espero. Ahora dejaré que se emocione con los detalles y aproveche esta oportunidad. Aunque no es con el amor de mi vida, veo la emoción en sus ojos cada vez que hablamos de la boda. Hoy tengo que ir a ver el vestido de novia que usaré. Traté de convencer a Connor de usar un simple traje blanco, pero se opuso rotundamente explicando que la boda debía parecer lo más real posible. Todos los invitados debían salir de ahí creyendo que estamos completamente enamorados.  Jamás imaginé que alguien fuera de tan superficial como para armar todo esto de un matrimonio falso por dinero, pero bueno, ese era su problema. Yo solo fingiría ser la esposa enamorada. Me preparé para ir a la tienda de novias con mi madre. Por órdenes de mi futuro esposo tuve que elegir el vestido más hermoso, no importa lo que costara ya que la élite estaría presente en el evento y debía estar a la altura. Dentro del auto miraba como mamá se movía de un lado a otro y sonreía con un gesto que iba de oreja a oreja. -¿Por qué tan emocionada mamá?  -Bueno, sé que no tengo mucho tiempo, así que me entusiasma  elegir el vestido de novia de mi hija. -Dijo emocionada - Aunque sea una boda falsa. -Su cara se entristeció. -Mamá, ven aquí. -Le tendí los brazos y ella se acercó. -Tú vas a estar siempre conmigo. -No físicamente pero siempre estaré en tu corazón mi amor. Nos abrazamos unos minutos y luego se alejó secándose las lágrimas. El coche se detuvo completamente así que supuse habíamos llegado.  -Bueno, nada de lágrimas  que no quiero llegar tarde.  -Sí, tienes razón. -Dije y tomé mi bolso saliendo del coche.  Miramos asombradas la enorme casa blanca con columnas talladas a los lados. Si así era me imagino lo que debe ser por dentro.  Por si acaso saqué el papel para volver a ver la dirección. Si, era aquí. Emocionada nos acercamos al timbre y esperamos hasta que una voz muy refinada con acento francés contestó.   -Casa de novias Adrienne Moreau.  -Hola, tengo una cita.- Dije nerviosa.  -Su nombre. - Dijo la voz.  -Alexa Harrison.  Escuché un murmullo y luego la puerta se abrió, una mujer de unos cincuenta años apareció.  -Por aquí - dijo.  Tomé la mano de mamá y entramos. No puedo explicar la impresión que sentí al entrar a ese maravilloso lugar. Para empezar la tienda era enorme con decoraciones en blanco y dorado. De esas que solo ves en revistas de arquitectura. Filas interminables de vestidos hicieron que mi boca cayera. Calculé ciento, sino un par de miles de vestidos. Era impresionante. Un sueño para cualquier novia. Además había espacios con una pequeña plataforma frente a un espejo y sofás en cemicírculos dividiendo cada sector.  Se parecía al programa de novias de Kleinfield pero con más dinero. Seguramente a este lugar solo vienen novias que tienen una fortuna de no menos de un billón.  A mi derecha una joven con un vestido corte princesa se miraba en el espejo mientras su madre secaba sus lágrimas con un pañuelo que seguro valía más que toda mi ropa a juzgar por su vestimenta. La chica se veía hermosa y entendía el sentimiento de esa madre. Realmente parecía salido de un cuento de hadas ese vestido.  Frente a había una pasarela donde pasaban chicas desfilando con los vestidos para un hombre que supongo sería el diseñador ya que su vestimenta era…extravagante. La mujer que nos atendió, nos llevó hasta uno de los enormes sofás blancos y nos pidió amablemente que tomáramos asiento.  -Su asistente vendrá en un minuto. - Dijo y se marchó.  Mi madre miraba asombrada todo lo que la rodeaba, le tomé la mano. Ella me sonrió y comenzó a señalarme los vestidos que le gustaban. Entre tantos modelos era imposible que hoy no encontrara un vestido. Minutos después apareció una chica frente a mí, era bajita y tendría más o menos mi edad. Nos tendió la mano a mi madre y a mí. -Hola soy Lily y hoy seré su asistente.    Me levanté y nos presenté. -Hola Lily, yo soy Alexa y ella es mi mamá Mery. -Ella asintió -Un placer. Bueno chicas ¿tienen algún estilo en mente? ¿Mamá? - Preguntó mirando a mi madre. -Pues la verdad no, pero espero que nos puedas ayudar. - Dijo ella tímida. Sabía que mentía porque me estuvo mostrando diez diseños de vestidos diferentes que había seleccionado de una revista.  -En ese caso para tener una visión del vestido perfecto descríbeme en una palabra cómo eres.  ¿Cómo soy? No lo sé. Bueno, me gusta lo simple, creo. -¿Sencilla? -Dije sin saber. -Sencilla, bien. Y a usted mamá ¿con que le gustaría ver a su hija? - Mi mamá se sonrojó y me miró. -Me gustaría verla en algo romántico y sencillo. También me gusta mucho el encaje y creo que se le vería lindo.  Sonreí, me gustaba el encaje. Siempre que veía algo con encaje me enamoraba, era como estar en otra época. -Muy bien. -Dijo Lily. -Creo que tengo en mente el vestido perfecto. Si me dan unos minutos lo voy a buscar y ya vuelvo.  -Estoy muy emocionada. - Me dijo mamá.  Mientras esperábamos a que Lily volviera con el vestido decidimos recorrer un poco la tienda admirando los diferentes vestidos. Hubo un par que me llamaron la atención pero no me encantaron. Eran demasiado llamativos para mi gusto. La mayoría de los que aparecían en exhibición tenían el corte princesa o sirena con muchos detalles y brillos. Lo que menos quería en la boda era llamar la atención de los invitados refinados. Aunque siendo la novia algo de atención tendré, pero mi idea es no tener que interactuar con ellos más que un saludo y agradecimiento por asistir.  Lily apareció con un vestido en sus manos minutos después.  -Este es un vestido de con corte sirena. Dijiste que eres sencilla así que seleccioné este modelo. Es romántico, con escote en V, encaje en el frente y espalda baja con cola de dos metros, con encaje, desmontable. Para la ceremonia puedes agregar la cola y quitarla en la fiesta para estar más cómoda. Además tiene mangas largas con tela color piel y detalles en encaje.  Lo tenemos en marfil y blanco ¿Qué les parece?  Después de esa descripción detallada y  -Es hermoso. -Dije tocándolo. Era perfecto. -Bueno vamos a probártelo. -Me  llevó a uno de los probadores y me ayudó a ponerme el vestido.  Me sentía como de la realeza. Se ajustaba a cada centímetro de mi cuerpo realzando mis caderas y cintura. Lily al verme emocionada decidió completar el look y trajo un par de zapatos con plataforma adelante y taco aguja que estilizaron mi figura al sumarme diez centímetros de altura. También agregó un cinturón de cristales con un broche de plata en el centro. Era muy pesado pero quedaba hermoso. Finalmente completó todo con un velo que era para morirse. Llevaba un bordado de pequeñas flores en las terminaciones que era hermoso, bellísimo.  Ella sonrió al verme tan emocionada.   -¿Se lo mostramos a mamá? -Preguntó.  -Claro que sí. Salí del probador  con su ayuda porque temía caerme con estos tacos tan altos. Subí a la tarima frente al espejo y mi madre inmediatamente se puso a llorar. Lily se acercó a ella y le entregó un pañuelo. -Ohh, Lex, estas hermosísima. Te ves como esas novias de las revistas. El vestido es hermoso y ese velo...-Sollozó un poco. -Definitivamente éste es el vestido. Pareces una princesa. Connor estará encantado.  -Sí, también lo creo. -Contesté a su comentario de princesa. Como me viera Connor no me importaba mucho. Pero la reacción de mi madre era todo para mí.   -Pero deberías probarte otros, cariño.  -¿Qué? ¿Estas segura? Me parece que este es el indicado.  -Lo es, pero deberías aprovechar y probar otras opciones por si acaso. -Me guiñó picarona.  Ella quería disfrutar al máximo esta experiencia así que terminé probándome otros modelos y desfilando para mi madre. Incluso Lily me trajo un vestido que resultó ser del diseñador que estaba viendo a las chicas desfilar en la pasarela. El hombre al ver su creación se acercó emocionado y besó mis mejillas admirando su diseño en mí.  -Bellísima. -Dijo besando mi mano.  Era una de sus primeras creaciones desde que comenzó a trabajar para esa casa y se emocionó de ver una novia con algo que para muchas mujeres ya estaba pasado de moda. Sin embargo, aunque se veía lindo decidí quedarme con el primero. Se ajustaba perfecto a mí que era lo importante. No debía hacerle muchas modificaciones y lo tendría listo en tres días. Se me veía hermoso, me sentía como una princesa en él.  Después de pagar el ridículamente caro vestido con la tarjeta que Connor me dio, volvimos a casa. Mamá estaba agotada y la salida la había cansado mucho. Le dije que se fuera a la cama a tomar una siesta. El mínimo movimiento la deja agotada y las emociones de hoy fueron demasiado para ella.  Como estaba hambrienta decidí prepararme algo rápido para comer. Tenía antojo de tortilla, así que saqué todos los ingredientes y me puse a prepararla.  No llevaba ni cinco minutos cuando tocaron el timbre. Suspiré dejando de picar los ingredientes y corrí a abrir la puerta. Me sorprendí al ver a Connor frente algo serio.  - ¿Connor? ¿Qué haces aquí? -  Pregunté, ni siquiera sabía que tenía mi dirección. - ¿Puedo pasar? - Preguntó. Qué modales los míos, seguro mi madre me hubiera dado un tapa. Me hice a un lado y lo dejé entrar. Él observó todo e hizo una mueca. Bueno, podría haber disimulado su malestar.  - Lo siento si mi casa de pobre te repugna. - Dije molesta, no me gustó la manera en que miró mi casa, de seguro él vivía en algún apartamento de lujo con sirvientes que le hacen todo. - No te preocupes, vine para saber cómo te fue en la compra del vestido, ¿elegiste alguno? - Se giró para mirarme. Bueno, si captó mi sarcasmo, lo ignoró completamente. - Si, pero te vuelvo a repetir que no era necesario comprar un vestido de novia. Con un traje sencillo era más que suficiente.  - De ninguna manera, todos mis conocidos y asociados estarán allí. Esas personas pueden ser muy crueles con aquello que no encaja en su círculo. Espero que el vestido sea impresionante, de lo contrario las revistas de chismes van a destrozarte.- Dijo altanero. Me asustó un poco eso.  -Pero, es solo un vestido. ¿Qué tanta importancia tiene? -En mi círculo, mucha. La novia de Connor Willes no puede llevar un vestido que sea lindo. Tiene que destacar y dejar a todas las mujeres rabiosas de envidia.  Él esbozó una sonrisa maliciosa. -Lo dices como si las personas que te rodean fueran tiburones prácticamente.  -Lo son, y no durarán en destrozarte.  -Ahora no estoy segura de la elección que hice.  -¿Qué vestido elegiste?  Mamá me había sacado un par de fotos con mi teléfono así que le mostré a Connor. Observó la foto y no dijo nada haciéndome dudar. Tal vez debí elegir algo grande y lleno de cristales como los vestidos que estaban en exhibición.  -¿Connor? -Pregunto.  Él carraspea y me mira.  -¿Está bien ese vestido?  -Es perfecto. Te veías hermosa. Se morirán de envidia.  Suspiré aliviada.  -Me había asustado con mi elección pero que a ti te guste me alivia.  Asiente.  -Es más que adecuado para nuestra boda.  Sonrío contenta por haber elegido algo que aprueba.  -Justo estaba cocinando. - Dije cambiando de tema. -¿Te...te quieres quedar a comer? No es nada ostentoso, solo una simple tortilla. -Me gusta la tortilla ¿necesitas ayuda? - Preguntó. -¿Tú me vas a ayudar? - Dije y me empecé a reír. El me miró algo ofendido. -Sé cocinar.- Contestó.   Lo miré sorprendido.  -No te tenía como el tipo que cocina.  Eso pareció molestarlo un poquito.  -¿Qué tipo crees que soy? -Creo que eres de los que tiene quince empleadas que le hacen absolutamente todo.  -No podías estar más equivocada.  -¿Enserio? -Enserio.  -Bueno,  en ese caso ¿por qué no empiezas pelando las papas?  Le di un delantal que decía "mejor chef del mundo" que mamá me regaló por mi cumpleaños. Tenía el cuerpo de una chica muy sensual con un bikini rojo.  -Te ves bien -Dije riéndome a carcajadas.  -Supongo que no tienes otro delantal ¿no? -Negué. -Tendré que conformarme con esto entonces. Aunque no se equivoca en la frase o el cuerpo. -Dice.  -¿Tienes debajo de ese traje pechos y un vientre plano? -Pregunto.  -No, pero tengo un pack de seis y un bronceado tremendo. -Contesta.   -Será mejor que empieces a pelar las papas - Dije cambiando de tema.  ¿No subió la temperatura un par de grados?  -¿Qué pasa? ¿Te asusta lo que puedas encontrar?  -Pregunta.  -Claro que no.  -¿Segura? Tal vez debería quitarme la camisa para que te acostumbres a ver mi cuerpo. Ya que vamos a casarnos y todo eso.  Respiré hondo y negué.  -Eso no es necesario. -¿Estás segura? -Se acercó y poco a poco terminé arrinconada contra una esquina. -Podríamos aprovechar todos los beneficios de estar casados.  Se detiene frente a mi con menos de cinco centímetros de distancia. Lo siento pegando a mí.  -¿No crees? -Pregunta.  -No creo que sea correcto.  -¿No? -No me gustas de esa manera. -Contesto.  -Yo creo que si lo hago.  -Connor.... Cubrió mi boca con la suya. Traté de resistirme pero me presionó aún más. Después de unos segundos cedí y subí mis manos a su cuello, pasándolas por su cabello. Me apretó más a él y con su lengua abrió mis labios y metiéndose cual intruso. El mejor beso que había tenido jamás. Este hombre era un profesional Dios mío. Mi cuerpo parecía gelatina del placer que estaba sintiendo.  Entonces recuperé la cordura. Me separé de él pero no lo suficiente porque todavía me tenía agarrada. -Esto está mal - Dije con la respiración entrecortada.  Me miró unos segundos y se apartó Su mirada cambió totalmente. -Tienes razón, lo siento, será mejor que me vaya. Te veré en la boda. Adiós.  En dos segundos se había quitado el delantal y se fue cerrando la puerta de un golpe. ¿Qué demonios acaba de pasar?¿Se molestó porque no quise seguir besándolo? Parecía bastante molesto.  Oh Dios, no puedo creer lo que acabo de hacer. ¿Acaso perdí la cordura? No puedo involucrarme con él. Todo esto es falso, un arreglo que no puedo j***r. La vida de mi madre depende de eso. Aunque me encienda este hombre debo controlarme. El mínimo sentimiento que tenga hacia él puede terminar creando problemas que no necesito.  - ¿Alexa? -Mamá estaba bajando por las escaleras y me acerqué a ayudarla.  - ¿Qué haces despierta? Tienes que descansar. - Escuche Voces -Contesta.  -¿Voces?- pregunté fingiendo.   Ella asintió  - Oh, yo estaba tarareando algo, tal vez fue eso. - Sí, creo que fue eso - dijo mirándome seria. - Si fue eso -Aseguré. Por supuesto no se creyó nada, era demasiado lista para hacerlo. Su mirada lo dijo todo.  Lo único que espero es que no haya escuchado lo último antes de la salida de Connor. La llevé al sofá para que pudiera recostarse y terminé de cocinar. Cuando terminamos levanté la mesa y la llevé a su cuarto, la acosté y bajé a ordenar un poco.  La adrenalina del momento me había sacado el sueño. Traté de concentrarme en lo que estaba haciendo pero nada me sacaba de la cabeza el beso de Connor y como me sujetó contra él. Se sentía tan fuerte. Espero que esto de la boda no se vuelva un problema. ¿Qué estoy pensado? Claro que habrá problemas, solo falta que me mire con esa intensidad y me derrito.  Estoy jodida.
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