Brittainy Stewart. Me recorre un estremecimiento al escucharlo. No sé con qué intención lo dice, pero por unos eternos segundos siento que sus palabras significan algo más. Pero él comienza a reírse, quitando el misterio del medio y se burla de mí. —Casi te da algo, Brittainy, relájate. Es una broma —explica entre risas y yo, dudosa, le sigo la corriente. Me obligo a relajarme, porque estoy demasiado paranoica. Él choca su hombro con el mío y me empuja con suavidad. Me saca una sonrisa aunque me cuesta, esa es la realidad. —Voy a hacerte creer que mi ego no está dolido, pero te lo perdono... —Niall, discúlpame. Pero tengo la cabeza un poco aturdida estos días. —Suelto un profundo suspiro y siento su mirada. —¿No se resolvieron los problemas? Dejo salir una carcajada seca e i