Peter Lewinski.
—Les dejé todo preparado, la comida solo deben calentarla en el micro. Si necesitan algo, no duden en llamar... —murmura Lilibeth, con preocupación, pero mi nueva compañera de apartamento la interrumpe.
—Mamá, estaremos bien —replica Violet, un poco incómoda con la actitud de su madre, que solo quiere sabernos bien.
Pero entiendo que para ella esto es un reto. Reto para sí misma. Y una demostración para los demás.
Se le nota que está ansiosa y a la vez, aquí está cómoda, porque ya convivimos unos días. Es normal que su madre quiera ayudar, pero quizás debamos darle un poco más de confianza y libertad a Violet, para que ella misma se pruebe que es capaz de controlarse.
Ahora lo que cambia es que yo estoy medio convaleciente, pero nada que no podamos controlar juntos.
