Chase Baldwin. Vanessa me mira con una expresión rara cuando llego a la casa. Está sentada en el sofá, con sus piernas cruzadas y el rostro rojo, húmedo y creo que también un poco hinchado. De solo ver sus ojos cristalizados, todo el apartamento a oscuras y los créditos finales de una película en el televisor, puedo imaginar el motivo. Sonrío cuando ella me mira con la expresión más triste y a la vez feliz, que me haya dado alguna vez. Me da ternura y el amor tan grande que siento, aletea en mi pecho con las ganas de acercarme de una vez y darle todos los besos que ella quiera, el consuelo que necesite. —No sabía que se moría el protagonista —dice de repente, haciendo un puchero y aguantando a duras penas el llanto que quiere salir otra vez. Tengo que reírme, porque estos desajustes