Me quedo allí sentada, abrazándome a mí misma, mientras me aferro a ese recuerdo. Cierro los ojos para evitar que se me salgan las lágrimas. Debo controlarme, no puedo hacer ningún tipo de show estando en el avión. Sé que la idea de este viaje es permitirme sentir, permitirme abrazar y aceptar mis emociones. Esas que por todo lo que ha pasado en mi familia he tenido que suprimir y que hoy, al ver las malditas fotos en el periódico, han salido a flote. Los detesto, a los dos. Son unas personas horribles por como se han comportado. —¿Lo extrañas? —escucho alguien cerca de mí y esa voz me saca de mis pensamientos. Abro los ojos para ver de quién se trata. Y veo que en el asiento cercano a mí, se ha sentado un completo desconocido. —Hacen linda pareja —asegura y señala mi celular. De inm