Mason Rimmer.
Las horas de vuelo pasan y mi desespero se hace más grande cada vez.
No puedo parar de pensar en lo que pueda decirle, en su hermosa mirada y su rostro benevolente.
«¿Cómo pude ser tan…?», trato de buscar un adjetivo que describa mi comportamiento, pero creo que ninguno es tan terrible como pretendo que sea y como lo merezco.
Intento recordar esos viejos momentos, evocar las memorias de la época en la que fuimos felices, esa sonrisa que siempre me cautivó y que perdí.
Cierro los ojos, clamando a quien sea que mueve los hilos del destino, a cualquier deidad que tenga el poder de otorgarme el perdón que sé que no merezco, que me den la oportunidad de poder de resarcir el daño que he hecho.
Recuerdo las pruebas que vi hace un momento, las fotos reales comparadas con las q
