NICHOLAS Aparco a toda hostia delante de la cabaña y les hago salir a los tres del coche rápido. Cuando antes abramos los resultados antes salimos de dudas. Cojo mi sobre cerrado de las manos de Miriam y abro la puerta de entrada, moviéndome rápido hasta llegar a la cocina. A los segundos aparecen todos, y Kristal, que solo lleva el bikini y está mojada se sitúa a mi lado. – ¡Ábrelo! –exclama mi madre. Rasgo ansioso el sobre y saco los resultados, buscando con la vista las palabras que digan que no soy padre, pero eso no pasa. Y solo siento las ganas de llorar de impotencia. –Positivo –leo en voz alta –. Soy padre. Escucho un grito ahogado a mi lado, y Kristal empieza a llorar, seguido de los gritos de euforia de mi padre que vitorea que no es suyo. Dirijo mi vista al ni