KRISTAL Logan y Lora me despiertan con una tarta de cumpleaños, la dejan sobre la mesa que hay en la habitación y se me acercan. – ¡Felicidades! –exclaman. –Gracias –murmuro avergonzada –, por dejarme quedarme aquí también. –No es problema –asegura Lora por millonésima vez en estos días –. eres de la familia. Voy a bajar a por vuestros cafés mañaneros. La sonrío y nada más cerrar la puerta Logan está encima de mí abrazándome como un oso. –Felicidades. –Gracias, me siento más vieja. –Ya se te van notando arrugas –bromea. –A ti te saldrán antes que a mí –le revuelvo el pelo y enarca una ceja. –Solo por unos meses. –Sí, pero antes que a mí. Se ríe y prepara dos platos de porcelana con un trozo de tarta enorme para cada uno. –Come –orden