NICHOLAS
Sus largas y finas piernas bajan por las escaleras con elegancia y sencillez, deleitándome con cómo se contonean sus caderas de un lado a otro al bajar cada escalón. Tiene una sonrisa que no se quita de sus labios, igual que a mí, y es que tras pasar semanas separados y sin estar en una relación necesitábamos definir cómo estábamos y cómo nos sentimos. No he podido decirle todas las cosas que me gustaría, como porque estoy tan locamente enamorado de ella, pero no es como soltárselo de repente y ya está, necesito el momento.
Anoche me quedé desconcentrado con sus palabras, y esperaba que al despertar ya no estuviera a mi lado, que es lo que ha pasado, pero más feliz me he puesto al saber que estaba haciendo el desayuno para los dos. Pensaba que me gritaría y empezaría a llora
