ELLIOT
Connor estaba tirado en el suelo cuando me desperté y se puso a desayunar una última cerveza que quedaba. Yo tenía clase y no se ni cómo fui capaz de amoldarme de nuevo a ese horario. Desayuné agua y una pastilla para el dolor de cabeza y arrastré los pies limpiando el salón.
—¿Quieres? —me ofreció la cerveza y se me revolvió el estómago.
—Tengo clase, por si se te olvida.
Siguió bebiendo y se levantó pateando algunas latas que quedaban en mi dirección.
Me relajé con una ducha bien fría y conseguí despejarme un poco. Desnudo delante del espejo del baño me vi las marcas de las uñas de Amelia en la espalda. No entendí muy bien que pasó la noche anterior, ella ya me conocía, estaba claro que sabía lo que me envolvía. Y era consciente de que no me hubiera dejado llevarla despué
