Capítulo 7

1232 Palabras
Xio: Entré al gran vestíbulo del ostentoso edificio y le canté a ese snob unas cuantas verdades en la cara. He de decir que su rostro era un poema y por momentos quería reírme. Y que el estaba apretando la mandíbula tan fuertemente que si no fuera porque era un hombre lobo podría habérsela dislocado hace ya mucho tiempo. Estaba segura de iba a mandarme a la mierda cuando simplemente me tomó de la nuca con una mano y de la otras tomo fuertemente mi cadera y me besó. Sus labios eran furiosos y salvajes. Su lengua luchando por entrar en mi boca. Besarlo y sentir todo su cuerpo pegado al mío era la gloria. Me tomó más fuerte aún y yo simplemente gemí. Me encontraba sorprendida, excitada y era sumamente placentero. Y cuando menos lo esperaba él ya me había soltado y acariciaba mis hinchados labios con su pulgar.  -Esa era la única forma adecuada que encontré de callarte Xio. Y no me vuelvas a amenazar que lo detesto -dijo besando suavemente mi boca y tomando mi mano- A la hora de almuerzo haré una convocatoria de todos los trabajadores de esta empresa y les diré que eres mi prometida. Los humanos lo entenderán como algo común como es el matrimonio y los lobos pues  Ellos sabrán que eres mi mate.  - Esta bien -contesté seguía afectada  por el beso. Cosa que a él no lo descolocaba de su papel de empresario snob estirado.  -¿Qué es lo que haré aquí en tu empresa? -pregunté. -Serás mi secretaria- dijo ahora un poco nervioso mientras subíamos en el ascensor-Alguien que tiene la capacidad de ingresar al MIT puede hacer algo de papeleo- se burló.  -¿Voy a ocupar el puesto de tu ex-amante la delfín? -pregunté estupefacta.  -Ella decidió hacerse a un lado cuando le dije que había encontrado a mi luna y me pidió que la transfiera a directorio. Ahora ella no es más mi secretaria y necesito alguien de suma confianza como secretaria pues ella siempre sabe en todos los lugares donde estoy y debo estar. Por eso te estoy ofreciendo esto. Por favor Xio, no hagas una escena y ayúdame porque ahora que te he aceptado como mía. Todo esto es también tuyo. Me congele. Él dijo mía. Yo no era un objeto. -Está bien. Pero recuerda que yo no soy un objeto y lo hago sólo porque estas siendo amable. Pero necesitaré ayuda hasta agarrarle el ritmo a este trabajo- confesé.  -Y para eso tendrás a Alondra. Mi segunda secretaria y tercera mama bromeó. -¿Tercera mamá? pregunté curiosa.  -Si. Esta Allegra. Mi madre. Esta  Rogelia mi nana de toda la vida y está Alondra Belluci. Junto con Kylie- contestó y se le iluminó en rostro. Su sonrisa en estos momentos lo hizo lucir cinco años más joven de los veinticinco que tenía. -Veo que estas rodeada de mujeres Foy-Deux. Tal vez no necesites una más en tu vida conteste. Y su sonrisa desapareció.  -Yo también creo eso Xio. Pero el resto del mundo dice lo contrario - escupió. Kellan Llegamos a mi oficina. La verdad ni sabía por qué me encontraba tan nervioso de tenerla aquí. Pero... Era verdad. De lejos, ese había sido el beso más caliente que había dado en mucho tiempo. He de decir que obvio que cualquier cosa física con Xio iba a ser espectacular. Ella era una de las mujeres más guapas de este maldito planeta. Llegando a superar de lejos a Delphinne con su clásica y estilizada belleza. Xio era más del tipo exótico, una mezcla de dos mundos totalmente diferentes. Pero aun así era despampanante. Sus labios gruesos y rosas. Que junto con su pequeña nariz la hacían lucir altiva. Esos ojos azules pálido que me recordaban a los de un cachorrito triste algunas veces. Su cabello rubio oscuro era una de las cosas que más amaba de ella. Me gustaba una mujer que tuviera el cabello largo. Era algo extraño pero no es lindo tener a una mujer que tiene el cabello del mismo tamaño que el tuyo. Por muy chic o moderno o como le digan las mujeres. Me gustaban las mujeres femeninas. Y sospechaba que después de haber estado con Xio y hacer sentido sus voluptuosas y aun así bien esculpidas curvas. Las de Delphinne no se iban a sentir igual de exquisitas que antes. Pensaba en todo esto mientras ella y yo entrabamos a mi oficina. -Siéntate por favor. - Dije jalando el asiento para ella. “Te dije que ella era simplemente tuya, Kellan" susurró Antarki-Llamaré a Alondra y espero que venga rápido. Le diré también que te traiga algo de comer -Le expliqué. -Está bien Kellan, estoy un poco nerviosa por trabajar contigo pero prometo que lo voy a hacer bien. Lo que no se si llevaré tan bien es lo de fingir ser tu novia ¿No podías decir que simplemente nos estamos conociendo? -espetó. -No cariño no es así como las cosas funcionan para nosotros. Nosotros somos lobos. Si encontramos a nuestra mate la tomamos y no la dejamos ir. En toda la historia de mi pueblo. Nunca hubo un solo divorcio. No olvides. Nosotros hacemos las cosas distinto. -Bien - contestó escuetamente y esperó mientras yo llamaba a Alondra que se encontraba a unas cuantas oficinas de aquí. En realidad en cada piso había por lo menos unas veinte oficinas pero en el último que era donde me encontraba, solo había cuatro. Había mandado a reducir al máximo las personas que ingresaban a la última planta para protegerla. Le pedí a la mujer que era como una madre más para mí que viniera con algo de comida. -¿Qué es lo que quieres de desayuno? -le pregunté mientras estaba al teléfono. -Con lo primero que encuentre ella está bien. Realmente como absolutamente de todo menos res -contestó con una espectacular sonrisa en su rostro. Asentí para que supiera que la había escuchado. -Bien Alondra tráeme huevos con tocino. Dos tasas de café solo. Uno muy amargo y el otro más suave. Con azúcar aparte. Dos brownies de chocolate y un plato de crepes con jamón y queso derretido. Lo cargas a la tarjeta que te di y trae por favor esa peculiar agenda tuya y una más para alguien muy especial que quiero presentarte. Ella me contestó que esperaba no fuera mi folle de una noche. Y que estaba bien que no estuviera más con Delphinne. Yo simplemente reí y colgué. -Se ve que te llevas muy bien con ella -me miró como si hubiera descubierto un secreto muy oscuro mío y me sonrió. A la media hora apareció una muy agitada Alondra con Sebastien su nuevo aprendiz traído directo desde la madre  patria Francia. No se cómo esas dos brujas congeniaron tan bien, hasta Bas. Que era solo dos años menor que yo parecía obnubilado por su belleza cosa que me molestó y el noto. Decidiendo que lo más inteligente era ir a por unos papeles de la oficina de Alondra. Ximara terminó yéndose con Alondra que le iba a enseñar su escritorio justo afuera de mi oficina y la iba a entrenar durante dos semanas. Todo empezaba a caer por su propio peso. Lo único que me aterraba era la conversación que Alondra dijo que teníamos pendiente. Ahora Bastien me caía un poquito menos.
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