Capítulo 5

812 Palabras
Kellan: Llegué a casa y no podía dejar de dar vueltas. Antarki estaba dolido, inquieto y violento. Y me odiaba en estos momentos. Pero era mejor así. Ella no era la indicada para Wolfland.  Wolfland merecía algo mejor que alguien volátil de la que no se sabía exactamente que se podía esperar. Espera Kellan, tú eres peor de volátil que ella. Era verdad pero mis dones como alpha no eran peligrosos para mi manada. Miles de vidas dependían de las decisiones que yo tomara. Debía pensar realmente en lo que iba a hacer. Porque...Diablos, ella era exquisita. Esos ojos. Y esa boca... Dios... Que le haría a esa boca. Era sumamente atractiva y Antarki moría por probarla. Era verdad. Podía pensar en estar con ella y si las cosas se ponían muy feas. Podía dejarla, negarla ante los ancianos y luego simplemente tomaría como luna a Delphinne que toda su vida había sido preparada para eso. Ella era la indicada. Llamé a Delphinne pues necesitaba saciar esta sed que tenía y ella conocía mis gustos algo bruscos en cuanto al sexo. Ella contestó al tercer timbrazo. Ella iba a estar aquí en media hora. Iba a intentar conocer a la chica. Podía hacer eso. Pero aun no iba a dejar a nadie que supiera que ella era mi mate. Ni siquiera a Delphinne. Mucho menos a Delphinne. Mi querida y delgada pelirroja. Amaba su fortaleza. Su practicidad. Su frialdad ante las cosas. Yo necesitaba una mujer no una adolescente llorosa de diecisiete años. Aunque... Qué adolescente. Tomé un vaso y serví algo de whiskey. Tal vez esto aplacaría mi sed de ella. Los pantalones empezaban a sentirse apretados, así que decidí ponerme unos más cómodos. Había decidido conocer un poco más a la niña esa y si daba problemas contaba con ayuda de algunas cuantas personas que hacían el trabajo sucio en la manada. Sonreí pensando en que nada podía salir mal. Ximara: Hoy era el día en que me mudaba a la casa de Kellan. No lo había visto desde la cena en casa de sus papas y estaba realmente nerviosa. No estaba de acuerdo con esta decisión pero yo no quería seguir siendo una carga para mis padres y tampoco quería causarle problemas a nadie. Y había sido la decisión de Kyrian y Allegra para poder brindarme su protección a mí y a mis padres. Era verdad que vivir con un extraño iba a ser realmente raro pero prefería eso a ver todo el tiempo a mi padre tenso. Kyrian me aseguró que la casa de Kellan contaba con muchas habitaciones y que yo no me iba a sentir incómoda. Las cosas irían a mi propio ritmo. Eso fue lo que dijo exactamente. Y la verdad es que yo sabía que Kellan y yo no tendríamos absolutamente nada más que fría cordialidad por un gran detalle: me odiaba y él era un patán egoísta. Realmente no aspiraba a conseguir su amor. Así como no quería llevarme mal con él. Era verdad que era una niña y alguien como él nunca se daría siquiera la oportunidad de conocerme. Era justo. -¿Y bien preciosa? ¿Está todo listo? - preguntó papá. - Sí. De hecho. Casi no tuve que guardar nada. Ya que recién acabábamos de llegar de Nueva York. - Pequeña. No quiero que te vayas - me abrazó mamá mientras me acariciaba el rostro. Ximara no eres mi sangre. Pero eres mi hija. Y eso es mucho más importante. Sé que tu madre te amó mucho, al igual que tu padre pero eres mi hija y no quiero perderte por muy guapo que sea Kellan Foy-Deux y por mucho que él te pueda proteger. Eres mi bebé. Mi niña... ¿Quién irá al gimnasio conmigo? ¿Quién me hará manicure? ¿En quién despilfarraré el dinero de tu padre?- lágrimas caían por su hermoso rostro. -Mamá estaré solo a algunos kilómetros y vendré cada vez que pueda. Además no me estás perdiendo. Solo esto yendo con él que es donde todos creen que debo estar. Vas a ver que todo va a estar bien- le contesté mientras besaba su rostro. -Siempre tú tan fuerte amor. Acarició mi barbilla. -Te equivocas madre. Soy todo menos fuerte. Y en estos momentos... Mi libertad se está cayendo a pedazos pensé. -Es difícil ser fuerte. -Pero lo estás siendo cariño. Y estos muy orgullosa al verte. Papá me abrazó también y me dijo cuanto me quería. -Este siempre va a ser tu hogar cariño. Donde sea que nosotros estemos siempre será tu hogar. Porque somos un equipo. Una familia y las familias, aquelarres o manadas seas de la especie que seas siempre van a estar unidos. Te amo preciosa y eso nunca va a cambiar. Respiré hondo para así evitar llorar, estaba aterrada pero mis padres no necesitaban saber eso.
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