Aquel placer lo volvió incapaz de contenerse un poco más, entró por completo en ella y sus músculos se tensaron. Mientras que Olivia dio un grito ahogado de dolor. Empezó a mover sus caderas de forma lenta, dejando que ella se acostumbrara a él, Olivia trataba de no pensar solo en el dolor, tenía sus ojos cerrados y su cuerpo temblaba ligeramente, sintió que Harald se detuvo y abrió los ojos, se estaba volviendo loca, ella no quería que él parara, aún si dolía, ella quería sentir todo. —¿Estás bien?, ¿Puedes soportarlo?—Preguntó Harald y con la yema de sus dedos limpió las lagrimas de Olivia. —Si, si puedo— dijo ella con voz temblorosa y poco convincente, aún ahora que él no se movía, su miembr*o grueso palpitaba en su interior, y la cavidad de la chica lo estrujaba con delicadeza pon