El rostro de Marco estaba sombrío, sabía que Olivia era una mujer realmente hermosa, pero no esperaba que ese rey quedara ciego con sus encantos.
Durante todo el camino estuvo un poco inquieto y ahora sus inquietudes se volvían realidad.
—¿A que se refiere con que Lady Olivia es suya?.
Harald enarcó una ceja, sus músculos estaban al descubierto, sus enormes brazos y su pecho tan masculino, todos los guerreros qué acompañaban a Marco estaban un poco asombrados de ver a un rey como él, tan intimidante.
—Ahora, ella es mi prisionera.
—Ése no fue el acuerdo—Espetó Marco un poco molesto de esta situación.
—Sigues hablando de acuerdos, pero tu dijiste que una vez que tomara Sajir, podría hacer lo que quisiera con sus tierras y con su gente.
—No, Lady Olivia no es una esclava y no puede se
