ARSLAN POV. —¿Dónde está? —gruño al hombre que tengo a mis pies. Grita y lloriquea como un cerdo, al tiempo que sangra. Hemos dado con una segunda casa, que sirve de laboratorio y logramos atrapar a uno de sus principales encargados. Me inclino y lo tomo del rostro. —Habla o te corto la lengua—siseo. Miro su mano con diversión—Ya tengo dos de tus dedos, no querrás también perder otra parte de tu cuerpo. ¿¡Donde está!? —¡No lo sé! —dice. —Mike. Este, da un paso al frente. —¡Espere! —dice levantado la mano—El puente de Brooklyn—murmura—Escuche que iría a reunirse con alguno de sus hombres. —¿Hora? —A las ocho—suelta. Miro a Eros, que asiente en silencio. Sabe lo que vamos a hacer. Miro de regreso al hombre. —Gracias por tu información—sonrió—Mike se va a encargar de ti. —¡No!

