–Benjamin, ¡Tenemos que buscar a Vivian! – gritó Alise, preocupada por su nuera. –Yo me encargaré de ella – dijo Taylor, quien no iba a permitir que el príncipe arriesgara su vida, sin importar si se trataba de su esposa y su futuro hijo. Taylor se comunicó mediante el aparato que cargaba en la oreja y lo mantenía conectado con el resto del equipo de seguridad, preguntó por Vivian y otro de los hombres del equipo dijo que ya tenia asegurada a la chica. –¿Qué demonios vamos a hacer? – le preguntó Benjamin, que estaba tratando de pensar con claridad para actuar de la mejor forma. –Iremos al bunker, por aquí – a medida que caminaban se oían mas ruidos provenientes de afuera. En el salón principal, el candelabro cayó al suelo, rompiendo los miles de cristales en un montón de pedazos