Alice se encargó de presentar a Benjamín y a Catalina con cada uno de los suntuosos invitados de su fiesta, todos iban muy bien vestidos, ataviados en ropas que Catalina nunca había visto, ni siquiera cuando era una heredera de la mafia y podía acceder a cosas lujosas. Lo cierto era que la belleza de esas prendas y esas personas era muy diferente a la belleza de su natal Italia, allí, en Bratva, todos eran discretamente elegantes, en Italia, todo gritaba lujo. Definitivamente eran mundos muy diferentes el uno del otro.
-Ella es Catalina, la prometida de Ben – la presentó Alice frente a unas mujeres que miraron el atuendo de Catalina de los pies a la cabeza – solía ser mesera en un restaurante, ahora será la secretaria de Benjamín – dijo la mujer con una sonrisa falsa que a Catalina hizo
