-Vengo a dejar las reglas de este juego muy claras – dijo Sofia a la reina. Ambas mujeres estaban en la oficina de Alice, había amanecido y Sofia había tenido la oportunidad para pensar toda la noche en aquella propuesta que la reina le hizo la tarde anterior. La mujer dio vueltas en la cama toda la noche, retorciéndose mientras la imagen de Benjamín al lado de esa mujer la mortificaba. La verdad era que Sofia todavía no tenía muy claros sus sentimientos, no estaba muy segura de si esa molestia en su interior se debía a aquellos sueños rotos que había tenido cuando era una niña o si por el contrario se trataba de sus emociones reales. Del amor que aun quedaba por aquel hombre. -Por supuesto – Alice la escuchó con atención. -Todavía no sé qué es lo que quiero con Benjamín, no puedo

