Efectivamente, tal cual a como Sofia lo tenía planeado, Benjamín se aproximaba a caminar frente a la habitación de la mujer, su jornada de trabajo acababa de terminar y deseaba regresar a la cama con Catalina para poder descansar un poco.
Últimamente el príncipe tenía demasiado en lo que pensar… su futuro compromiso, las responsabilidades que adquiriría una vez que fuera rey y por si fuera poco, la enfermedad de Catalina también le nublaba el buen juicio. El hombre no deseaba que ella estuviera enferma, mucho menos en vísperas de un matrimonio tan esperado como aquel.
Benjamín tenía la sensación de que Catalina no se estaba disfrutando aquella planeación del matrimonio como él lo esperaba y eso lo entristecía un poco.
Mientras cruzaba por el pasillo, Benjamín no pudo evitar dar una oj
