Los dos meses faltantes para que nuestra hija naciera habían pasado volando, también el tiempo estipulado para nuestro casamiento, ya había transcurrido un año entero entre tantos líos, pero también buenos momentos. Bett había organizado el famoso baby shower para nuestra bebé, aún no sabíamos que nombre ponerle a la pequeña, pero estábamos tan ansiosos, en cualquier momento podría nacer y la sola noticia nos hacía felices. Bett no paraba de acosar a la doctora para saber de nuevas noticias, ella había sido muy paciente al darle información cada vez que llamaba, como el hecho de que las últimas semanas Bethany había tenido constantes contracciones, pero no tan frecuentes como para dar a luz. — Cariño, deja de acosar a la doctora. — dije rodeándola para darle un beso en la mejilla. —