Al ver la rigidez de Sofia, las comisuras de los labios de Connor se levantaron ligeramente. –¡Hablando de arrogantes con tanta soberbia! – se burló de ella – es absurdo, Sofia. Pero no te preocupes que en esta empresa nos interesamos por nuestros empleados, que puedan crecer como personas y profesionales para que entonces dejen de ser tan sombríos. Sofia apretó la mandíbula. Comenzó a tener dificultades para respirar mientras su sangre hervía. ¡Eres tú quien hace que mi vida sea sombría! Pensó Sofia, sin embargo, no fue capaz de decirlo en voz alta, por como ella veía las cosas, sin importar todos los comentarios hirientes de Connor, quien tenía el sartén por el mango, era ella, lo mejor que podía hacer era ser paciente. –De acuerdo, pero espero que sepas que cumpliré únicamente