A la mañana siguiente, después de que Sofia hubiera llegado a la oficina ella y Connor salieron y llegaron a un campo verde lleno de cajas, allí los empleados llevaban ropa protectora con cubrecabezas. Pequeños insectos rondaban alrededor de ellos. –¿Este es un apiario? – balbuceó Sofia. No solo la mujer, sino también los guardias estaban ansiosos. ¿Cómo iban a proteger al CEO de millones de esos pequeños insectos? –¿Tienes miedo de las abejas? – Connor bromeó mientras sonreía débilmente. Le generaba mucha ternura verla sentirse tan indefensa frente a esos animalitos inofensivos. –¡Por supuesto que sí! ¿No lo tienes tú? Si las abejas fueran tan lindas como Louis y Emily, Sofia no se sentiría amenazada. Sin embargo, los insectos alados estaban equipados con aguijones y había mill