Connor inclinó la cabeza, tratando de captar la mirada de Melanie, cuando lo logró, susurró: —¿Por qué? ¿Cuál fue tu razón para hacer eso? ¿Acaso papá no siempre fue bueno contigo? Los labios de Melanie comenzaron a temblar, en ese momento sentía el pecho lleno de heridas abiertas. —¿Bueno, dices? —soltó una risita sarcástica y desvió la mirada, con la vista perdida en algún recuerdo—. Durante años pensé que yo era la reina, pero al parecer, él todavía enviaba cartas en secreto a esa mujer. —Lo hizo por responsabilidad y culpa, sí, aún recordaba a su antigua amante y a su hijo, pero ¿no nos eligió a nosotros al final? Siempre estuvo con nosotros. —¿De qué sirve la compañía sin amor? Se siente como una tortura —la voz de Melanie se tornaba más ronca, mientras la tristeza crecía en ella

