—Tu tía está despierta —dijo Philip.
—¿De verdad?
Mientras Louis y Emily se ponían de puntillas, Connor y Sofia se acercaron desde el otro lado de la cama.
—Hola —dijo Sofia, mientras frotaba el brazo de Barbara—. ¿Cómo te sientes?
Barbara parpadeó, en ese momento su consciencia aún no estaba del todo clara, sin embargo después de un momento, susurró:
—Agua.
Philip tomó rápidamente una botella de agua con una pajilla mientras los gemelos se quedaron atónitos al ver su rapidez.
—Tía, ¿cómo estás? ¿Todavía te duele? —Emily saltaba ligeramente, intentando asomar su cara por encima de la cama.
Louis, más alto, solo tenía que mirar hacia arriba y mantenerse de puntillas.
—Vinimos a darte ánimo, debes mejorarte pronto, tía.
Mientras Philip devolvía la botella de agua, Barbara miró a su
