Melanie apretó los dientes, quería negarlo, pero se dio cuenta de que el estado de Barbara era patético, además, su hija acababa de pedir que la llevaran al baño otra vez. — Querida, después de pensarlo bien, ellos tienen razón, creo que necesitas ir al hospital, no puedo soportar verte sufrir así, hija —dijo Melanie con preocupación. Los ojos de Barbara de repente se hundieron. — ¿Quieres que me avergüence? ¡Ni siquiera puedo caminar hasta la puerta! ¡Tengo que ir al baño cada minuto! — Puedes si tomas la medicina, puede detener la diarrea, aunque sea solo por unos momentos —insistió Melanie. De repente, Barbara corrió hacia el baño y sus quejidos dejaron a Melanie sin otra opción. — ¿Dónde está la medicina? Louis se encogió de hombros. — No lo sé, tú la tiraste de mi mano, quizás

