—Tienen que recordar, mis pequeños ángeles — Sofia acarició las mejillas de los gemelos— El bisabuelo ha cambiado y está orgulloso de verlos trabajando en el grupo Thompson, él también quería hacer las paces con nosotros. —Pero el bisabuelo no tuvo tiempo de pedir perdón —dijo Emily, sacudiendo lentamente la cabeza. El aliento de Sofia se entrecortó en secreto y tras parpadear unas cuantas veces, volvió a curvar los labios en una sonrisa. —Sí, no tuvo tiempo de pedir perdón, pero si están dispuestos a perdonarlo, él aún puede ir al cielo. —Yo quiero perdonar al bisabuelo. —Sí, yo también quiero. Sofia levantó un poco más las comisuras de sus labios. —El bisabuelo debe estar muy feliz de tener bisnietos tan bondadosos como ustedes. —¿El bisabuelo sabe que lo amamos con todo

