Paul retrocedió, sacando las piernas del agarre de Melanie. —¿Hay alguna razón para que siga amándote? Barbara está muerta de vergüenza por ti, eres una criminal con trastornos mentales, incluso casi mataste a nuestra hija. La barbilla de Melanie tembló y sus manos golpeaban su pecho como si quisiera castigarse a sí misma. —No era mi intención, Paul, quería amenazar a ese hombre, él intentaba acercarse a nuestra hija, incluso quería llevarse a Barbara lejos de mí. —No fue él quien alejó a Barbara de ti, sino Barbara quien ya no quiere estar a tu lado, ella es una adulta y sabe lo que es mejor para su vida. Melanie suspiró, incrédula. —¿Estás defendiendo a ese desgraciado? —Lo he conocido, es un buen chico, puede cuidar de Barbara y hacerla feliz también. —¡Pero es pobre y asqueroso

