Al día siguiente: 21 de octubre —Nena, vamos, arriba…— Lo escucho decirme mientras que deja tiernos besos por todo el centro de mi espalda y sonrió como una tonta ya que mi piel todavía sigue sensible por todo lo que hicimos anoche. —Uhmmm buenos días ¿no?— Le pregunto sarcástica y de pronto la yema de sus dedos me sorprenden acariciando el perfil de mi cuerpo. —Buenos días traviesa mía… ¿Cómo te sentís?— Cuestiona. Muerdo mis labios y cruzo mis brazos debajo de la almohada mientras que disfruto de sus caricias —Me duele todo el cuerpo… es como si hubiera ido al gimnasio— Admito y su risa me contagia. —¿Mucho ejercicio anoche? O ¿Qué?— Averigua a mi oído y me muerde el lóbulo mientras que siento su cuerpo rozando el mío de la manera más sensual del mundo. —Con vos me voy a ahorrar h