Casi siete horas de viaje después, bueno, nueve si le sumamos las paradas que hicimos para comer, distendernos y disfrutar de algunas preciosas vistas que nos encontramos en el camino, pero finalmente llegamos a Puerto Madryn, según Neizan, un pequeño desvió en nuestro camino, pero uno que valdrá la pena absolutamente. —Siempre quise venir acá— Confieso cuando la vista bellísima vista de la ciudad me roba el aire. —Hermoso ¿no?— Pregunta terminando de guardar la moto en donde le indico el empleado del hotel y asiento. —Mucho ¿y porque vinimos acá si nos tuvimos que desviar de nuestro camino?— Averiguo sin poder dejar de mirarlo y es que la verdad hasta después de nueve hora en moto se ve hermoso. —Supuse que te gustaría, además te tengo una sorpresa asique voy a registrarnos, voy a