Empezamos a planear todo para ir a Bari, Ricci se comunicó con Jean Luca y aunque no le comentó gran cosa por teléfono, sí le dejó claro que iban a necesitar sus servicios y en especial consejos para el proceso. “Con gusto los espero el fin de semana, hablamos de lo que me tienen que contar y después salimos a dar una vuelta” fueron las palabras de Jean Luca y la idea sonaba tentadora, además que, para no pensar constantemente en Franco, cualquier propuesta de hacer cosas diferentes y mantenerme ocupada, sonaba perfecta. Alistamos nuestro pequeño equipaje para estar un día en Bari, desayunamos junto a los pocos que hay los fines de semana en el albergue y salimos rumbo a la casa de Jean Luca, muriendo de nervios por lo que pueda decir respecto a la adopción de Marco. Veo a m