Después de la boda y de la noche en el hotel. Roy y Noelia decidieron pasar el resto de los días, antes de que terminara el año, juntos. Ella hizo una pequeña maleta y se fue a su enorme piso en el cuál pasaron encerrados todo el tiempo, cocinando, besándose, haciendo el amor, jugando juegos de mesa y una que otra vez soñando al aire, algo que hace mucho Roy no hacía porque honestamente no le daba tiempo pero ahora con Noelia era algo que supo tenía que hacer más seguido, ya que la manera en la que ella lo relataba hacía que su imaginación volara al grado de que sentía que estaba dentro de ese sueño tan bonito. No cabía duda, Noelia seguía siendo ella, la misma que años atrás había soñado junto con él en ese pequeño piso, cuando juntos empezaban sus carreras y habían decidido tomar el mism